Qué tiene de extraordinario cocinar un arroz con pollo, pues nada. Lo cocinan cientos de cocineros todos los días y miles más en sus casas. Lo extraordinario es que la gran mayoría no disfruta de cocinar o bien porque lo hacen por obligación o bien porque son negados para la sazón.
El origen de este plato no es claro, en realidad se cocina en muchos países de América Latina, pero la forma de cocinarlo y la presentación varían de país en país, incluso de región en región y de cocinero en cocinero dentro de un mismo país. Se le atribuyen muchos origenes, incluso un origen italiano.
Hay recetas para todos los gustos y bolsillos.
Unos frien el pollo, otros lo sancochan. Unos cocinan el pollo junto con el arroz, otros lo cocinan separado. Unos granean el arroz, otros lo masacotean.
En algunos lugares el arroz con pollo es de color verde, en otros de color amarillo y en otros de color rojo.
Buscando en internet, encontré que el arroz con pollo de nuestro Perú es en realidad una adaptación del arroz con pato norteño. En el siglo pasado, o sea en los 1900 (asu, que viejos) escaseo el pato en las cocinas debido al precio y a lo difícil de encontrar o criar pato tierno, por ello se reemplazó el pato por el pollo, pero no fue el único cambio, también se cambió la chicha de jora por la cerveza negra limeña.
El sábado pasado, o sea ayer, cociné un arroz con pollo. Si me tuviera que poner una nota, me pondría 8 en una escala del 1 al 10 siendo 10 como normalmente me queda y 1 cuando se quema el arroz u olvido echarle sal o se quema el aderezo. ¿Por qué esa nota? más adelante lo explico.

Lo que más me cuesta cuando cocino el arroz con pollo es cortar la cebolla, algún día dejaré de llorar con la cebolla. Podría utilizar un picatodo o uno de esos aparatos que salen en la tele, pero no, nada cambia el gusto de pìcar la cebolla con un cuchillo. Es una relación de amor y odio. Un paréntesis: para esas chicas que no cocinan ni agua hervida porque se les quema, les digo que no se olviden de quitarle la cáscara que envuelve la cebolla, tampoco le vayan a quitar la primera capa de la cebolla pensando que es más fácil así (en realidad es más fácil, pero hacerlo hace que la cebolla libere más lacrimógeno, o sea lloras más). En realidad, lo mejor para no llorar es remojar la cebolla en agua por un rato y luego picarla.
La cebolla debe ser roja, no usen la blanca, le cambia un poco el sabor.
La cebolla debe ser picada bien chica, no en juliana y menos en rajas.
El siguiente paso es lavar bien el pimiento, la zanahoria y la alverja, luego hay que picar todo menos la alverja, no se olviden de quitar las pepas al pimiento y de pelar la zanahoria.
Yo prefiero cortar el pimiento en juliana. Algunas personas usan el pimiento sólo para darle sabor, yo prefiero comerlos también.
Otro paréntesis, el pimiento y la cebolla también son ricos asados a la parrilla o soasados en un sartén. De ambas formas son deliciosos, la cebolla soasada o a la parrilla no deja ese desagrabable olor en nuestras bocas así que se puede comer con tranquilidad.
En el caso de la zanahoria, casi siempre prefiero cortarlas yo mismo en cuadraditos, a veces mi señora esposa la compra ya picada así que sólo tengo que lavarlas. Algo parecido sucede con la alverja. Prefiero comprarlas en sus vainas y luego sacarlas.
El culantro lo compro junto con el ajo, un poco de ají picante (debe picar alguito) y algo de palillo para que el arroz no quede muy verde. Normalmente compro un sol de todo junto en el mercado. No abusen del culantro porque afecta al estómago.
El arroz hay que lavarlo bien aunque sea el Costeñito que es el que viene más limpio.
El pollo lo sazono con sal y pimienta al gusto. No se olviden de lavarlo y dejarlo secar antes sino el aceite les va a saltar. Si compran el pollo en un mercado, no se olviden de quitarle los vestigios de plumas. Algunos le quitan la piel también porque es más sano, pero como dije este no es un blog para comer sano. En la grasita, en lo que hace daño está lo rico.
La cerveza tiene que ser negra de todas maneras y además cuzqueña. También puede usarse la chicha de jora, pero prefiero la cerveza negra porque normalmente echo 3/4 partes a la olla y el resto va para mi (que rico cuando hace calor), cosa que no puedo hacer con la chicha de jora porque es muy fuerte.
Bueno ya se tienen todos los ingredientes, ahora viene lo más divertido: cocinar.


Cuando la cebolla se ponga blanca significa que ya está. No la frian más porque se empezará a quemar.
Un detalle, no tapen la olla mientras se fria la cebolla, si la tapan, la cebolla se sancocha y esa no es la idea.
No se olviden de ir moviendo la cebolla de rato en rato.


La cantidad de cerveza va de acuerdo a la cantidad de arroz que se quiere hacer. Una botella es suficiente para 3/4 de kilo de arroz. Lo comentó porque esta vez hice más arroz, pero olvidé aumentar la cantidad de cerveza así que cuando serví, no se sintió mucho su sabor
Cuando el pollo ya esté bien cocido, retírenlo. El pollo esta bien cocido cuando lo abren con un cuchillo y su carne cerca al hueso no esta rojo. También pueden saber que ya está cocido cuando las piernas empiezan a levantarse la falda (no sean mal pensados), o sea cuando se va viendo el hueso en uno de los extremos.

En la olla arrocera previamente eché el arroz, la zanahoria, el pimiento, la alverja y la sal al gusto. Tomen en cuenta que el pollo ya tenía sal y que el aderezo también lo tiene.
Hay que adicionar agua para que se cocine el arroz. De mi esposa aprendí que basta con agregar agua hasta dos dedos encima del arroz y éste siempre saldrá bien. Por cierto, para las que no cocinan, son dos dedos pero horizontales, o sea echados.

Si desean agreguen una salsa criolla o pongan en un pote de ají molido para los que lo prefieren o también pongan en la mesa una botellita de aceite de oliva. Particularmente prefiero no poner nada de eso porque no se apreciaría el arroz con pollo.
Por último, no se olviden limpiar todo lo que han ensuciado.